Tuesday, July 12, 2005

 

Bichito o el stress felino

Bueno, sigo teniendo gata, de hecho, oficialmente es mi gata, así figura en su pasaporte y en su microchip. Documentación innecesaria de no ser por el hecho de que la necesitara para poder salir del pais como es su caso.
Claro que hasta llegar a este punto de la narración han acontecido grandes azares en la vida de este animal:

A-La custodia compartida: Ha existido un "ménage à chat". Fue cedida en varias ocasiones a un mismo colega (que a pesar de que le intentara emplumar la gata todavía es amigo) en la esperanza de que se enamoraran el uno del otro pero no pudo ser, el afecto existió pero la posibilidad de que alguien se la cuidara en sus ausencias vacacionales no.

B- El nombre: El más utilizado es "Bichito" y sin embargo tiene diversos nombres con los que fue bautizada: "Maña" por mi colega, "Estrellita" por mi abuela y mi hermana y "Pipimaus" por mis suegros, consecuencia: la gata pasa olímpicamente cuando alguien se refiere a ella a menos que pueda ser ventajoso para ella por alguna razón, vamos, como cualquier gato.

C-Los preparativos: Nosotros teníamos que irnos al pais de los antepasados de los hijos que aún no tengo y a este paso ya veremos, en consecuencia, Bichito también, así que en un día hubo que vacunarla, ponerle un microchip y darle una pastilla antiparasitos. Fue un espectáculo digno de ver.

Ya de por sí, la gatita no tiene en buena estima al veterinario por razones obvias pero aquella tarde la batalla gata-veterinario alcanzó dimensiones épicas.
El galeno y su ayudante no podían hacerse con el animal a pesar de que llevaba este primero unos guantes de textura tan resistente que bien podría haber soportado lava ardiendo sobre ellos y Bichito, que parecía un gremlin, con sus orejas hacia atrás, mordía, bufaba y firmaba con sus patitas todo lo que hubiera en derredor incluida la bata del veterinario en la que dejó un gran enganchón.

D- El día "D": No se imaginaba el animalito lo que le venía encima aquel día detrás de tantas caricias embaucadoras.
En primer lugar tuvo que tomar una pildora tranquilizante para el viaje (Como yo, qué casualidad!) y aturdida, que no dormida protestó todo el camino al aeropuerto desde su transportín, protestó en la sala de espera y casi se vuelve loca, pobrecita, con el estrépito originado por los motores de dos aviones en marcha porque el aeropuerto de Zaragoza es chiquitín y hay que ir andando hasta la escalerilla. Yo notaba la gata dando saltos dentro de la caja y era algo meritorio teniendo en cuenta que casi no se tenía en pie por efectos de la droga. Una vez dentro, presa del pánico, maullaba lastimeramente como alma en pena esperando el juicio final y sacaba su pata larguísima a través de la reja con intención de arrancar un trozo de carne de cualquiera que estuviese cerca, como era el caso de mi marido.

Ya en Frankfurt, conduciendo camino al pueblo de mi familia política, le permití el capricho de salir de la jaula y que se tumbara todo el camino en mi cuello como es su gusto. El cambio de morada le perturbó y para darle la puntilla se encontró con la gata de mis suegros que es un bicho que es cinco veces Bichito (en un lado del ring, Bichito: dos kilos, peso pluma versus Nicky: diez kilos, peso pesado) Nicky es una vieja dama que no está dispuesta a compartir territorio dejando clara su voluntad a base de bufidos lo que fue demasiado para el día terrible que había pasado Bichito, la pobrecita se ha pasado dos días casi sin ir a la caja de arena, casi sin comer y temblando como una hoja del disgusto.
Más información en próximas entregas.

Besos colectivos e individuales para todos.

Comments:
Hallihallo!
Me he tenido que conectar a tu blog para tener noticias tuyas y del animalin peludo... has dejado a tu familia belga abandonada!!!
Bueno, besitos a todos
(como pone que tengo que elegir una identidad he decidido firmar como:
cacaculopedopis)
Asi nadie sabra quien soy yo....
 
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