Thursday, November 03, 2005

 

Yo protesto

Estoy cansada de escuchar a gente de mi entorno cantar las alabanzas de lo que para ellos es un empleo digno, honroso, relajado y saturado de días vacacionales que no me colma sino de alegres anecdotas de encantadores mocosos que vienen a las aulas llenos de alegría y ansiosos de gozar de mis sabias enseñanzas. Evidentemente, semejantes sinsentidos sólo pueden provenir de personas que no se dedican a la docencia.

Hoy quiero aprovechar para matizar algunas de estas cosas:

1-Yo trabajo por la pasta. No nos engañemos, el día que me toque la lotería no me verá nadie el pelo corriendo por los pasillos de institutos con mis doce mil carpetas nunca más. Para algunos de mis amiguetes ser profesor es vocacional (Hay gente para todo en esta vida, no digo yo que no, personalmente, cada vez que se me calienta la sangre en clase, me dedico en pensar en la nómina a fín de mes).

2-Dios sabe que me gano cada minuto que tengo de asueto. Si alguien tiene alguna duda le invito encarecidamente a que visite una de mis clases justo el día anterior a un día de fiesta (al Valium invito yo).
Dice mi amiga Carmen que todo niño tiene un terrorista en su interior, nada más cierto.

3-Si la vida de profesor es tan satisfactoria como se erroneamente se cree no hay más que hacer una oposicioncita de nada, viajar cada curso sin rumbo por localidades de Aragón, luchar con padres, hijos y Espiritus Santos. Hay que ser a un tiempo profesor-educador-psicólogo-policia-confesor-padre-hermano-payaso y bruja Piruja. Eso, queridos míos, no hay dinero que lo pague, ni vacaciones que lo compensen.
También dicen que los curas viven muy bien y no conozco muchas personas que se den de bofetadas por entrar en alguna orden sacerdotal.

Dicho esto, no sería justo comentar la parte positiva de este empleo. ¡Amigos de emociones fuertes!¡Olvidaros de los deportes de riesgo! Estos son caros y limitados en el tiempo. ¿Por qué no alterar vuestra adrenalina todos los dias del año (por lo menos los lectivos)? Ser profesor puede llenaros de ira, deprimiros, agobiaros, extenuaros, divertiros y a veces hasta emocionaros pero NUNCA, NUNCA aburriros. (Por no hablar del hecho de convertiros en los reyes de vuestras reuniones sociales gracias a las ricas anecdotas con las que obsequiareis a vuestros amigos y familiares).

Recuperareis también la fe en la religión en caso de que la hayais perdido (rezando para que los alumnos más asilvestrados pillen la gripe).
Yo, creyente fervorosa, tengo por seguro que le he dado clase al Anticristo varios cursos(Cambia de nombre, de físico, de edad e incluso se desdobla pero no me engaña, lo reconozco facilmente).

Y Por último; ¿Momentos buenos? Haberlos haylos. No todos los crios son malas bestias, de hecho, es la minoría de los alumnos la que hace de la jornada laboral un infierno. Muchos son un encanto, es una lástima que pasen desapercibidos.
Tengo comprobado en muchos casos (algún día haré un estudio médico al respecto) que si el estudiante es trabajador y bellisima persona no hay resfriado del que se escape y viceversa, cuanto más gamberro e insoportable es el alumno más lleno de salud está el maldito. Da que pensar.


Besos envueltos en bruma de tiza.

Comments:
Nunca te había escrito nada, pero esto me ha llegado al alma. Yo también protesto y creo que nadie expresa como tú lo que muchos sentimos. este blog es lo mejor en mucho tiempo, es Dalia.
Y tú también eres lo mejor.
Un besico
 
Pues sí, Dalia. Aunque yo no pertenezco al mundo de la docencia creo que tienes toda la razón. En cada muchacho hay un diablillo y, en muchos de ellos, dicho diablillo va con cuernos y rabo incorporado. Por eso, disfruta a tope de tus bien ganados días de asueto; y empléalos si quieres escribiendo este blog que me parece "canela en rama".
 
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