Friday, September 08, 2006

 

De momenticos raros

Hay gente de mi entorno que ha enfocado su vida profesional a los negocios a la que no le cabe en la cabeza que ejerza este oficio de la docencia de buen grado.
-Dalia, corazón, si tú podrías trabajar en cualquier cosa ¿cuánto tiempo te piensas dedicar a esto?-
Como si ser profesora fuera un capricho o un vicio. Y es que, digan lo que digan las encuestas de los periodicos, ser profesor no está bien visto. Que una persona en su sano juicio, con su carrera universitaria elija dedicar sus días a una labor no tan bien remunerada como otras y cuyo prestigio social está siempre en entredicho parece que es tirar su talento a la basura. Pero si queremos jugar bien no podemos ser todos vaqueros, alguien tiene que hacer el papel de indio. Tiene que haber de todo en esta vida, además, yo soy la que tiene las anécdotas laborales más entretenidas y jugosas en las cenas. Esas que van seguidas de: -¡Aaaah!¡Oooooh!¿De verdad?- y otros comentarios que van acompañados de signos de exclamación. (Amen de que yo tengo más vacaciones aunque bien sabe Dios que necesito cada maldito segundo de ellas para reponerme).

Vale, mi nombre no pasará a la historia, como mucho acompañará a algún apelativo hiriente en la mesa de algún alumno mio. Mi cuenta corriente nunca igualará al PIB de ningún país pequeño y mi belleza y mi inteligencia, de tenerlas, solo serán comentados por los míos si quieren sacar algún beneficio de mi. No se puede tener todo.
Muchas veces yo también me cuestiono si no haría menos mala sangre en cualquier otro empleo.
Sin embargo, no me aburro; Me puedo desesperar, amargar, deprimir, enfadar, despistar, asustar, sorprender, alegrar, emocionar y experimentar un abanico de sensaciones de lo más diversas pero aburrirme, no.

Por poner un ejemplo: Recuerdo un estudiante muy surrealista de 16 años que tuve. El chaval llegó a clase muy alterado. Teníamos examen al día siguiente y yo pretendía dedicar toda la hora a repasar porque la mayor parte de mis alumnos no había dado palo al agua y no sabían por dónde les daba el aire. Esta es la transcripción de la conversación que tuvo lugar:

-Profesora, profesora, ¡profesoraaaaaaaaaaa! Tengo que contarle lo que me ha pasado el fin de semana-

-Ya me lo contarás luego que tenemos que repasar-

-Pero es que lo quiero contar ahora-

-De verdad, luego me lo cuentas, ahora estamos en clase, vamos a repasar o mañana suspenderá hasta el gato-

-Pero es que he pasado mucho miedo-

-NO-

-¡¡¡¡¡Porfaaaaaaaaaaaaa!!!!!-

-Mira que eres pesado, cuando acabe la clase me cuentas lo que quieras-

-¡¡¡ME FUI DE EXCURSIÓN CON UNA ASOCIACIÓN ESTUDIANTIL Y RESULTÓ QUE ERA UNA SECTA!!! -

Demasiado tarde. Todos mis alumnos ya estaban más interesados en la anécdota que en suspender inglés hasta el Juicio Final. Tendría que dejar que terminara de hablar para poder seguir trabajando.
-¿Cómo que era una secta?-

-Sí, un sindicato que era en realidad una secta, he pasado mucho miedo-

-¿Cómo sabes que era una secta? ¿Hablaban de religión?

-No sé, hablaban todo el rato, yo no estaba escuchando-

-¿Por qué crees que era una secta entonces?-

-Una chica dijo:-"Uy, esto es una secta" y además eran todos gays-

-¿Un sindicato estudiantil que es una secta en la que son todos gays?-

-Sí, y yo pasé mucho miedo porque como ser gay es una enfermedad a ver si por pasar tiempo allí me iba a contagiar. ¡¡¡¡NO SE RIA PROFESORA!!!! pero es que también eran todos skinheads-

-Ya, y ahora me dirás que bajaron de una nave espacial, ¿te das cuenta de todas las tonterías que estás diciendo? ¿Cómo va a ser un sindicato una secta en la que además sus miembros son en su totalidad gays y además son skinheads? ¿pero tú no sabes que los skins además de ser racistas son homófobos?-

Gran parte de la clase se quejó.

-Los skinheads no son racistas-

y uno añadió:-Profesora, a ver si lee más, tiene que leer más-

-¿¿¿Y vosotros qué leeis??? ¿¿¿Mein Kampf de Adolf Hitler???- protesté.

Lo curioso es que comentas este tipo de historias a compañeros de trabajo y ni se inmutan. Como estas cosas están a la orden del día vamos perdiendo la capacidad de la sorpresa pero estas anecdotas son un bombón en las reuniones de amigos.




Unos labios juguetones en el lóbulo de la oreja.


Comments:
Hola Dalia.

Mi experiencia en el magisterio es muy reducida, sólo el año que fui asistente de español en Francia y cuando de adolescente di clases de catecismo en mi pueblo. Pero coincido contigo en que es una fuente inagotable de gracias que contar. Los alumnos pueden ser unas bestias chistosísimas. Te mando un abrazo deseando que seguido tengas la bellísima expresión con la que apareces en la foto.

Rafael Barceló Durazo
Nueva York-Huásabas-el Limbo
 
Esta anécdota parece sacada del libro de Frank McCourt; nada cambia, ni en el tiempo ni en el espacio...
Estoy contigo: siendo profe raro es el día en que te aburres. Es desesperante pero siempre hay alguna gracia que alivia la desesperación.

Besicos, guapa.
 
Si no fuera por el anecdotario, lo de los menguados sueldos de los enseñantes sería un completo drama. Un beso.
 
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