Friday, August 03, 2007

 

Panamá





No fue USA el único sitio que he visitado este verano, he tenido la suertaza de ver unos días Panamá (ves, Cris, reconozco la suerte que tengo de haber viajado este verano, para que luego no me protestes). Demasiado poco tiempo, me quedé con ganas de verlo todo, quizás algún día tenga la fortuna de volver. Yo había visitado USA y Canadá pero aún no tenía ocasión de conocer más países del continente americano aunque ganas no me faltaban. Vale la pena, ya lo creo.

Como una niña permanecí la mayor parte del tiempo con la boca abierta contemplando animales y vegetación. Todo depende, claro está, del cristal con que se mira. Habrá viajeros que acostumbrados a semejante exuberancia de naturaleza se queden fríos pero una servidora que es de ciudad y de zona de secano y, por tanto, acostumbrada a tierras áridas y a ver como mucho: gatos, perros, palomas o gorriones cuando veo más de cuatro plantas juntas o tanto bicherío casi se me llenan los ojos de lágrimas.
No es exageración: He tenido ocasión de ver en su habitat: pelícanos y otros pájaros de diverso plumaje, canto y tamaño. Recuerdo un barquito pesquero envuelto en decenas de pájaros esperándo su parte del botín.
Cientos de delfines siguiendo a nuestro barquito, ballenas, pececitos chiquitajos pero no menos bonitos, cientos de cangrejos que formaban una gran sábana roja huyendo de mi contacto, monos cariblancos como el de la foto, lagartos, tortugas, ñeques (que parecen una mezcla entre gato y rata), enormes arácnidos, hormigas laboriosas (cada una con su hojita), una red de gusanos colgantes en un árbol, mariposas y aún así me perdí gran variedad de fauna.
Me aprovisoné de todo tipo de productos, siendo como soy restaurante de cinco tenedores para insectos variados. Me habían avisado de que hay zonas en las que los mosquitos llevan cuchillo y tenedor. No tuve problemas salvo un día en que un bicho que no llegué a ver me picó dejando en mi cuello un gran aguijón curvo que mi madre quitó de mi cuello sin necesidad de pinzas, así de gordo era. Curiosamente ese día iba practicamente nadando en repelente, no obstante, no reprimió el apetito del insecto que debió pensar:-¡Mira que bien!¡Ésta ya viene con la salsa incorporada!-
El increíble paisaje de selvas, playas paradisíacas en ocasiones enturbiadas tristemente en sus orillas por restos de basura que abandonan los barcos (¡dichoso ser humano, siempre fastidiando!), islas deshabitadas de arena blanquísima y aguas turquesas. La vegetación... salvaje y sorprendente. Me he sorprendido contemplar montones de plantas que en Zaragoza sólo tengo ocasión de ver en floristerías e invernaderos saliendo en las riveras de carreteras u orquídeas de gran belleza abrazadas a árboles de un jardín particular como si fueran malas hierbas y pensar que la que tengo en casa no florece nunca aunque la trato a cuerpo de rey. Ahora lo entiendo, echa de menos su habitat, pobrecita.
Es también interesante el contraste de Ciudad de Panamá mostrando orgullosa sus grandes rascacielos por un lado y su encantador corazón de casas antiguas y saliendo de la urbe ver por la carretera (no apta para gente con problemas cardíacos, sin contar los diablos rojos que son antiguos autobuses escolares norteamericanos que venden cuando ya son viejos y que los panameños pintan con esmero y originalidad convirtiéndoles en auténticas obras de arte en ocasiones pero que son muy peligrosos tanto por el número de accidentes que sufren y provocan, la contaminación que producen, como por el número de las personas que han atropellado.
Allí la gente conduce como cree conveniente que no suele coincidir con las normas de circulación lógicas vigentes, allí hay que ir evitando personas, coches que paran de pronto, gallinas, gente que pasea con paraguas a modo de sombrilla, coches que aparecen de la nada...) localidades encantadoras y verde, verde, verde dónde quiera mirar.
Invitadora también es su amabilísima población, siempre abierta a una cálida charla y su cuidada artesanía local y su magnífica gastronomía caribeña : ese ceviche que se confecciona con pescado crudo al que se deja marinar en zumo de limón durante horas y se presenta con trocitos de cebolla cruda, ese pescado fresco, esos postres... Tenéis que probar un pastelito típico: tres leches ¡delicioso!
Habrá que ir pensando en ir apartando dinero en una hucha para volver y conocer más de Panamá y las demás joyas que se esconden en el continente americano para el viajero.
Besos jugosos y sabrosones.







Comments:
Excelentes vacaciones!!! Ojalá en las siguientes te descuelgues a México, sillón donde dormir tienes en mi depa. Los países tropicales son otro mundo, de fantasía parecieran, espero pronto ir a alguno, me atrae Costa Rica, en particular.

De mi cirugía todo muy bien y no era nada delicado, pero vas a consulta con el doctor por un rasguño y terminas haciéndote estudios de malformaciones genéticas, en fin... la ciencia ($$$) médica.

Rafael Barceló Durazo
 
Sí, algún día tengo que ir a México, es una de mis asignaturas pendientes. Llevo años soñando con visitarlo. Pero no te preocupes que no iré de okupa a tu casa, que no me gusta molestar. No obstante espero poder disfrutar de tu compañía algún día si nos vamos a comer por ahí y nos conocemos personalmente.

Fascinasnte de la cirugía ¿vas con un rasguño y te hacen todo eso?¿Por qué no cuentas más en un post? Suena divertido.
Cuidate.
 
Jo! Que envídia... mi gen cocinillas está saltando con ese ceviche y mi gen silvestre está también saltando con esas cosas de fauna y flora que cuentas!
Un beso.
 
Que vacaciones mas lindas!!!! no hay nada como pasarlas admirando la naturaleza. Nuestros paises tienen ese toque mistico, especial del tropico, yo vivo en Calfornia pero soy de Guatemala, no se si has visidado alguna ves mi pais, el pais de la eterna primavera, es tan bello que su naturaleza te deja con un suspiro infinito.

Un beso y te dejo tecito de tranquilidad

Besos
Veronica
 
Marona: Yo también pienso en lo que disfrutarías allí personal y gastronomicamente hablando. Te imagino preguntando recetas antiguas de las abuelas, probando fusiones...

Hola Verónica, bienvenida.
No, no conozco tu país (todavía) pero junto con México y Vietnam es uno de los tres países con los que llevo años deseando ir, en particular desde que mis padres fueron y se pasaron más de una semana contando maravillas de allí. Y no hay español que vaya y no vuelva encantado. Mi madre aún se emociona cuando recuerda una misa a las seis de la mañana en una iglesia (Lamento no recordar el nombre)en que ritos católicos e indígenas se mezclaban, dice que es la más bonita que ha visto nunca.

Besooooooos
 
¿¡una animal mezcla entre gato y rata!?... Pero eso es una incongruencia... es como una hincha mezcla de vikingo y colchonero...

Tu no has estado en otro continente, has estado en otro planeta.
 
Que sí, Carlos, echa una ojeada en imágenes de google y mira como es un ñeque y ya me dirás a qué se parece.

Un saludete
 
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