Thursday, July 10, 2008

 

De carreteras peligrosas y sujetadores




Este verano promete ser tranquilo. Me gustan los veranos calmos y no seré yo quien proteste a pesar de que me hubiera gustado hacer alguna visitilla fuera de Zaralonia pero dadas las circunstancias me hallo aquí en ese momento vacacional en que, como en el año nuevo, se hacen los propósitos para los días festivos que, conociéndome, no llegarán muy lejos.

Como ordenar y/o tirar trastos viejos; Lo intento al menos una vez al año y jamás he tenido gran éxito.
Ayer me propuse meter por fín en el album las fotos de aquel verano tan agradable en Ann Arbor (Michigan) y como era de esperar las ojeé todas, recordé muy gratos momentos, no pegué ninguna en el album y se quedaron todas amontonadas encima de la enciclopedia esperando que otro día tenga más piedad de ellas.

Ann Arbor es una deliciosa ciudad universitaria inmersa en multiples bosques y parques. Peter tenía que trabajar casi todo el día así que yo gozaba todo el día de libertad para deambular. Un buen día decidí visitar Matthaei Gardens, un jardín botánico espectacular fácil de encontrar en internet pero imposible de emplazar en el terreno.Finalmente conseguí con ayuda de un mapa localizar el autobús urbano que paraba en lo que parecían las proximidades del lugar.

Dicen que si no tienes un coche en USA no puedes ir a ningún sitio. Es verdad. Recuerdo perfectamente la cara del conductor de autobús cuando le dije que iba a los Matthaei gardens y sí por favor podría advertirme la la parada más cercana. La misma cara que si hubiera dicho:
-"Oiga, que he pensado ir a Australia y he visto que el autobús con parada más cercana es este"-
Con una estupefacción que no disimulaba, él respondió:
-"¿Pero tú sabes lo que estás diciendo, cariño? Eso está lejísimos"-
-Bueno, se que hay que andar un poco pero no es problema-
-No puede ser, nena, eso está como a tres millas andando-
-¿Tres millas? Vaya, tampoco es tan grave, caminaré un poco-
Pero para mi sorpresa, el incrédulo conductor paró el autobús en mitad de la calzada, se bajó del vehículo y se puso a hacer señas a otros autobuses que iban en otra dirección para que se detuvieran y preguntarles la dirección. Para entonces yo estaba muerta de verguenza pero lo más sorprendente es que en el par de minutos que duró dicha maniobra nadie entre el pasaje puso una mala cara, ni hizo un gesto de disconformidad. Si eso llega a pasar aquí, lo linchan.
Una vez de vuelta, confirmó que al parecer yo tenía razón pero me hizo prometer que tendría cuidado por el camino. Empecé a preguntarme si no haría mejor en volverme y si quizás me advertía tanto era porque el jardín botánico se emplazaba cerca de alguna barriada peligrosa en que yo me iba a adentrar ingenuamente como turista ignorante. Sin embargo, no andaban por ahí los tiros.
El problema residía en que el camino que llevaba allí desde la parada consistía en una carretera casi sin arcén en la que los coches pasaban a gran velocidad. Dudé un instante ¿valía la pena? En fín, ya estaba allí ¿no?. No faltó mucho tiempo para estar aterrorizada. La carretera estaba sembrada de animales atropellados, algunos de ellos sólo los había visto en un album de cromos que tenía de niña con "animales del mundo". Debía pegarme a los árboles cada vez que pasaba un coche, los coches no parecían oscilar ni un poquito para evitarme y, desde luego, no aminoraban la velocidad.
Me vinieron a la memoria unos carteles que me llamaron la atención en las autopistas de Michigan cuando llegué; En ellos se advertía de la prohibición de atropellar a trabajadores de las carreteras bajo fuertes multas y penas de carcel que venían claramente especificadas. ¿cómo se puede advertir de algo así? ¿Acaso los conductores cuando ven ese cartel piensan. "vaya, me apetecía mucho atropellar a un trabajador hoy pero viendo este cartel se me han pasado las ganas"?¿El hecho de que yo no fuera una trabajadora en la carretera abría la veda para ser atropellada ya que no había instrucciones concretas de no atropellar peatones?
A mitad de camino, asustada y sin encontrar señal alguna de saber si iba en dirección correcta pasé por delante de la salida a una urbanización vallada de la que salía un coche con un matrimonio de ancianitos. Me dirigí a ellos para indagar sobre la dirección y ellos, amabilisimos y viendo mi desasosiego, se ofrecieron a acercarme allí con el coche. Se había abierto el cielo. Entré con una sonrisa amplia que se me heló al comprobar que el asiento de atrás del coche se hallaba amontonado con¡¡¡sujetadores usados!!! de todas formas, colores y tamaños. Pensé: "¡Ay, Dios mío!He sobrevivido a la carretera y he ido a parar a manos de unos abuelos asesinos en serie que coleccionan los sujetadores de sus victimas y dentro de un rato el mio les hará compañía"
Ni que decir que no moví ni un músculo, ni dije una sola palabra en lo que restó de camino.
-"Nosotros volveremos a pasar por aquí dentro de un rato ¿quieres que te recojamos?"- Dijeron una vez en la entrada al recinto.
-"No, son ustedes muy amables, no hará falta"- respondí.
Besos salvadores






Comments:
Buenísimo, Dalia, buenísimo.

Esto no me lo habías contado. Es más, no sabía que hubieras estado en Michigan. Sabía que estuviste en Chicago, que está cerca.
Bueno, pues la aventura es eso, toda una aventura. Ahora nos tienes que contar cómo volviste...

Besos
 
Cristinica:
Pues mal, subida la mitad del tiempo a un terraplen muy empinado y esperando que no me resbalaran las sandalias y acabara hecha un Cristo en mitad de la carretera para que me atropellaran más comodamente. Nunca me he alegrado tanto de ver una parada de autobús cuando llegué.

Besos
 
Je,je,je, qué buena historia. Esas cosas de EU en donde si no tienes auto mejor no salgas ¡me pudren!.
Hiciste muy bien en no aceptar que los viejitos te trajeran de vuelta, quién sabe a dónde iría a parar tu sujetador...
Y le hubieras tomado una foto a ese anuncio de no atropellar trabajadores... es memorable.
Saluditos
 
Hola Cuquita.
Tienes razón, es bueno conservar el sujetador puesto (y con vida) y me he arrepentido muchas veces de no haber hecho una foto de aquel cartel gigante de la carretera porque la gente no me cree cuando se lo digo y es verídico.

Un abrazo
 
Jajaja que buena anecdota. Espero que la vuelta fuera algo más tranquila.

Me ha impresionado lo de los carteles (que yo sí me lo creo) y, sobretodo, lo de los animales en la carretera. Debía ser un escenario algo dantesco.

Me recordaste que yo también debo ordenar mis fotos. ALgún dia de estos...

Muchas gracias por compartir la anecdota con nosotros y, sobretodo, por sonsacarnos un par de sonrisas.

Un abrazo.
 
Creo haber visto en Francia alguna señal parecida en los peajes de las autopistas... pero no estoy del todo segura...
Tengo un libro que se llama "100 Signs" que recopila señales curiosas de todo el mundo. Voy a consultarlo a ver si veo de la que tú hablas.
Besos.
 
Cuento breve:

El hombre entra al negocio porque quiere comprar una mesa. Es una mueblería, pero no antigua. Le ofrecen de varios tipos y modelos, pero el hombre no se decide y se va.
 
Caray Dalia, que anécdota más buena, yo me sabía la del carrito de la compra, pero esta es buenísima...
 
¡Qué macabro, jeje! La verdad es que en todos lados hay locos caray. Yo también tengo que ordenar fotos, armarios y un montón de cosas que por el momento sólo estan guardadas en los cajones de los niños...acompañadas de envolturas de dulces y telarañas acumuladas de años anteriores en que me he hecho el mismo propósito de limpiar y nada...Uf. Qué difícil es ésto de la flojera.

Un saludo Dalia y muchas gracias por tu comentario en mi blog. Ya voy de salida de estos problemas de salud.

Abrazos
 
Perséfone:
Sí, la vuelta fue más tranquila sino por la carretera que era la misma al menos por que la alernativa se presentaba menos atractiva

Marona: Si encuentras el cartel en tu libro me lo dices, me gustaría conservarlo

Palbo: Hizo bien si no le convencía ninguna mesa, comprar por comprar es un error.

Maria José: A ver si quedamos que tengo modo de cotorrear y me cuantas tus vacaciones por Francia de paso.

Viviana: Me alegro de que te vayas encontrando mejor de salud, que sigan las cosas así.

Un abrazo a todos
 
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